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Causas económicas de los crashs


BURBUJAS ESPECULATIVAS


Burbuja especulativa de los años 20
Burbuja especulativa años 20 (click para ampliar)
El fenómeno de los crashs bursátiles es rápido y espectacular. Los precios de las acciones o los bienes bajan bruscamente, superando con creces el número de vendedores al de compradores. Los vendedores necesitan entonces vender a cualquier precio, lo que precipita la caída de los títulos.


Si el crash es brutal, su progresión negativa se instala durante un período más largo. El fenómeno de las burbujas especulativas comienza con una subida de los precios por encima del crecimiento demostrado de la economía. Esto atrae a un gran número de inversores, a menudo personas que desean beneficiarse de este aumento exponencial. La inversión puede ser masiva en un gran número de valores (efecto rebaño). La afluencia de capital conduce a una subida importante en el mercado de valores. Llega entonces una fase en la que sólo los inversores más sofisticados quedan fuera de la burbuja. La publicación de estadísticas sobre la sobrevaloración del mercado a menudo da la señal de alarma que lleva a la caída: los inversores, a menudo los pequeños accionistas, venden sus títulos en masa y se produce una carrera por conseguir liquidez.

IMPACTO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS


Hoy en día, los crashs bursátiles pueden verse amplificados en gran medida por las nuevas tecnologías informáticas. Los inversores, tanto pequeños accionistas como los grandes fondos, establecen una serie de límites de pérdidas automáticos que hunden aún más el mercado, provocando un efecto de retroalimentación. Además, cada vez hay un mayor acceso a la información sobre los mercados en tiempo real a través de Internet, y los rumores o noticias se expanden de forma viral provocando una reacción casi inmediata de los inversores.

Para contrarrestar el pánico, los mercados de valores tales como París, Londres, Frankfurt y Wall Street establecen salvaguardias. Los cierres anticipados por un período suficientemente largo pueden ayudar a calmar el fenómeno.

ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LOS CRASHS


Los crashs no sólo tienen su origen en los excesos especulativos, sino también en la psicología de los inversores. Los operadores se ven arrastrados por comportamientos miméticos, sobre todo cuando las caídas son muy abultadas durante varios días, haciendo que los inversores acepten perder gran parte del valor de lo invertido para recuperar liquidez ante el temor de que se produzca un derrumbe mucho mayor.

También hay quien opina que pueden producirse acontecimientos caóticos en la Bolsa u otros escenarios sin que sea posible predecirlos ni tengan causa real (aunque luego se busque una explicación lógica), como sugiere la "teoría del cisne negro" del experto en derivados Nassim Nicholas Taleb.

TEORÍAS MATEMÁTICAS SOBRE LOS CRASHS


La caracterización matemática de los movimientos del mercado de valores es objeto de un intenso interés. La hipótesis convencional de que los mercados bursátiles se comportan de acuerdo con una distribución normal o Gaussiana aleatoria es incorrecta. Los grandes movimientos en los precios (es decir, los crashs) son mucho más comunes de lo que se predice en una distribución normal. Una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts muestra que hay pruebas de que la frecuencia de los crashs bursátiles sigue una ley de potencia cúbica inversa. Este y otros estudios sugieren que los crashs de la Bolsa son un signo crítico auto-organizado en los mercados financieros.

En 1963, Benoît Mandelbrot propuso que, en lugar de seguir una ruta aleatoria estricta, las variaciones en los precios de las acciones ejecutaban un vuelo de Lévy. Un vuelo de Lévy es una ruta aletatoria que, de vez en cuando, es interrumpida por grandes movimientos.

En 1995, Rosario Mantegna y Gene Stanley analizaron un millón de registros del índice S&P 500, calculando los beneficios durante un período de cinco años. Su conclusión fue que los beneficios de la Bolsa son más volátiles que una distribución de Gauss, pero menos volátiles que un vuelo de Lévy.

Los investigadores continúan estudiando esta teoría, en particular mediante simulación por ordenador del comportamiento de multitudes, y la aplicabilidad de los modelos para reproducir fenómenos similares a los crashs bursátiles.